Revisión por expertos
Rompamos el paradigma del síndrome coronario agudo: clasificación basada en la necesidad de reperfusión
César Rodrigo Zoni
Revista del Consejo Argentino de Residentes de CardiologÃa 2024;(176): 0207-0210
A pesar de los avances significativos en cardiología, las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte a nivel mundial, y dentro de ellas, el síndrome coronario agudo (SCA) ocupa un lugar central. La clasificación tradicional del SCA en dos grupos, con y sin elevación del segmento ST (SCAcST y SCAsST, respectivamente), se basa exclusivamente en el electrocardiograma (ECG) inicial y ha permanecido prácticamente inalterada por casi tres décadas. Esta distinción ha guiado históricamente la estrategia terapéutica, priorizando la reperfusión inmediata en pacientes con SCAcST, mientras que en los SCAsST se opta por un enfoque más conservador y escalonado.
Sin embargo, se ha evidenciado que hasta un tercio de los pacientes con SCAsST presentan una oclusión coronaria aguda, con peores desenlaces clínicos cuando no se realiza una reperfusión inmediata. Además, la sensibilidad del ECG para detectar oclusiones coronarias en este contexto es limitada, lo que puede retrasar intervenciones cruciales. En respuesta a estas limitaciones, se han propuesto nuevas clasificaciones como la de Infarto de Miocardio Obstructivo (OMI) y no OMI (NOMI), aunque esta tampoco contempla todos los escenarios clínicos que podrían beneficiarse de una revascularización urgente.
En este marco, se propone una clasificación innovadora centrada en la necesidad de reperfusión inmediata, dividiendo a los pacientes con SCA en dos grupos: aquellos que requieren reperfusión inmediata y los que no la requieren.
Esta propuesta tiene como objetivo mejorar la toma de decisiones clínicas iniciales y coincide con las recomendaciones más recientes de la Sociedad Europea de Cardiología, que sugieren como primer paso tras el diagnóstico de SCA, determinar si el paciente necesita o no una estrategia urgente de reperfusión.
La clasificación propuesta se apoya tanto en hallazgos electrocardiográficos como en situaciones clínicas de alto riesgo. Esta estrategia no solo incluye los esquemas previos (SCAcST/SCAsST y OMI/NOMI), sino que los integra en un modelo más clínicamente aplicable y dinámico, adaptado a la realidad de la atención médica inicial.
En conclusión, esta nueva clasificación del SCA basada en la necesidad de reperfusión inmediata tiene el potencial de optimizar el manejo precoz del paciente con SCA, reducir complicaciones y mejorar la supervivencia. Estudios adicionales son necesarios para validar su aplicabilidad e impacto en la práctica clínica diaria.
Palabras clave: síndrome coronario agudo, reperfusión, infarto agudo de miocardio.
Despite significant advances in cardiology, cardiovascular diseases remain the leading cause of death worldwide, with acute coronary syndrome (ACS) occupying a central role. The traditional classification of ACS into two groups — ST-segment elevation (STEMI) and non-ST-segment elevation (NSTEMI) — is based exclusively on the initial electrocardiogram (ECG) and has remained virtually unchanged for nearly three decades. This distinction has historically guided therapeutic strategies, prioritizing immediate reperfusion in patients with STEMI, while a more conservative, stepwise approach is typically employed for those with NSTEMI.
However, evidence shows that up to one-third of patients with NSTEMI may have an acute coronary occlusion, which is associated with worse clinical outcomes when immediate reperfusion is not performed. Additionally, ECG’s sensitivity in detecting coronary occlusions in this context is limited, potentially delaying crucial interventions. In response to these limitations, new classifications such as Obstructive Myocardial Infarction (OMI) and Non-OMI (NOMI) have been proposed, although they too fail to encompass all clinical scenarios that might benefit from urgent revascularization.
Within this framework, an innovative classification is proposed, centered on the need for immediate reperfusion. This approach divides ACS patients into two groups: those who require immediate reperfusion and those who do not.
The goal of this new classification is to enhance early clinical decision-making and aligns with the latest recommendations from the European Society of Cardiology, which suggest determining, as a first step after an ACS diagnosis, whether the patient requires an urgent reperfusion strategy.
The proposed classification relies on both electrocardiographic findings and high-risk clinical scenarios. This strategy not only encompasses previous classification models (STEMI/NSTEMI and OMI/NOMI) but also integrates them into a more clinically applicable and dynamic model, adapted to the realities of initial medical care.
In conclusion, this new ACS classification based on the need for immediate reperfusion has the potential to optimize early management, reduce complications, and improve survival in ACS patients. Further studies are needed to validate its applicability and impact on everyday clinical practice.
Keywords: acute coronary syndrome, reperfusion, acute myocardial infarction.
Los autores declaran no poseer conflictos de intereses.
Fuente de información Consejo Argentino de Residentes de Cardiología. Para solicitudes de reimpresión a Revista del CONAREC hacer click aquí.
Recibido 2025-04-15 | Aceptado 2025-04-15 | Publicado 2024-10-31

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Introducción
A pesar de los avances notables tanto en la medicina en general como en el ámbito específico de la cardiología, las enfermedades cardiovasculares continúan ocupando el primer lugar como causa de muerte a nivel mundial1. Dentro del amplio espectro de manifestaciones clínicas que estas enfermedades pueden adoptar, el síndrome coronario agudo (SCA) representa una de las entidades más relevantes, no solo por su frecuencia sino también por su impacto pronóstico. Aunque en las últimas décadas se han logrado mejoras sustanciales en el tratamiento y en la evolución clínica del SCA, resulta llamativo que su clasificación, basada principalmente en los cambios observados en el segmento ST del electrocardiograma (ECG), permanece prácticamente inalterada desde hace casi 30 años.
Tradicionalmente, el SCA se ha dividido en dos grandes grupos: SCA con elevación del segmento ST (SCAcST) y SCA sin elevación del segmento ST (SCAsST), distinción que se fundamenta exclusivamente en el comportamiento del segmento ST en el ECG inicial. Siguiendo esta clasificación clásica, los pacientes con SCAcST deben recibir de manera inmediata una estrategia de reperfusión coronaria, ya sea mediante fibrinólisis, intervención coronaria percutánea (ICP) primaria o cirugía de revascularización miocárdica. La elección entre estas opciones depende de factores como la disponibilidad de recursos, el tiempo transcurrido desde el inicio de los síntomas hasta el tratamiento y la complejidad anatómica de las lesiones coronarias. En contraste, para los pacientes con SCAsST generalmente la estrategia terapéutica está guiada hacia el tratamiento antitrombótico y antiisquémico para luego evaluar la necesidad de reperfusión2,3.
No obstante, existe un subgrupo de pacientes que se presentan clínicamente como SCAsST pero que, por sus características, podrían beneficiarse significativamente de una estrategia de reperfusión inmediata. En este contexto, hemos propuesto en 2023 una nueva clasificación para el SCA, orientada no únicamente por los hallazgos electrocardiográficos, sino principalmente por la necesidad de guiar adecuadamente la estrategia terapéutica inicial. Según este nuevo enfoque, el interrogante clave que debe plantearse el equipo médico al evaluar a un paciente con sospecha de SCA es si requiere o no una reperfusión inmediata4. Esta propuesta nace de la necesidad de replantear el esquema actual de clasificación del SCA y de considerar de forma integral los diversos escenarios clínicos que pueden presentarse en la práctica cotidiana.
La dicotomía clásica SCAcST/SCAsST se originó a partir de un metaanálisis en el que se evidenció una relación entre la elevación del ST en el ECG y el beneficio del tratamiento fibrinolítico inmediato, observándose una reducción absoluta de la mortalidad entre el 2% y el 3% en aquellos pacientes que presentaban este hallazgo electrocardiográfico y eran tratados con fibrinolíticos5. En términos generales, la elevación del ST suele reflejar la presencia de una oclusión coronaria aguda, situación en la cual la reperfusión inmediata ha demostrado de manera contundente su eficacia terapéutica2,3,6.
Sin embargo, se ha documentado que aproximadamente uno de cada tres o cuatro pacientes con SCAsST presentan una lesión coronaria oclusiva, y que en estos casos se incrementa de forma significativa la mortalidad, así como la incidencia de eventos cardiovasculares mayores, tanto en el corto como en el mediano y largo plazo, en comparación con aquellos sin lesiones oclusivas7,8. Asimismo, se ha establecido que la capacidad diagnóstica del ECG para detectar una oclusión coronaria en el contexto del SCA, cuando se basa exclusivamente en la presencia de supradesnivel del ST, tiene una sensibilidad aproximada del 70%9. Esto implica que cerca del 30% de los pacientes con una oclusión coronaria no serán identificados adecuadamente mediante los criterios actuales de SCAcST. Esta limitación puede explicarse, en parte, por la ubicación anatómica específica de la oclusión y por el intervalo de tiempo entre el inicio de los síntomas y la realización del ECG, factores que pueden dar lugar a patrones electrocardiográficos atípicos o poco característicos10-15.
Una hipótesis plausible que explicaría el mayor riesgo en aquellos pacientes con SCAsST y lesión coronaria oclusiva es que al ser manejados de acuerdo con las recomendaciones vigentes para SCAsST, no reciben tratamiento de reperfusión inmediata, lo cual podría representar una oportunidad terapéutica desaprovechada16.
En función de estas observaciones, desde 2021 se viene proponiendo una nueva clasificación del SCA que introduce los conceptos de OMI (Obstructive Myocardial Infarction – Infarto de Miocardio Obstructivo) y no OMI (NOMI). Este enfoque se centra precisamente en aquellos escenarios en los que un paciente con SCAsST podría, sin embargo, estar cursando una oclusión coronaria significativa, aun sin cumplir los criterios clásicos de SCAcST. Según esta clasificación, los pacientes con OMI deben recibir una estrategia de reperfusión inmediata, mientras que los considerados como NOMI podrían manejarse conforme a las guías actuales para SCAsST17,18.
Sin embargo, dicha clasificación presenta ciertas limitaciones, ya que no contempla otras situaciones clínicas en las que pacientes categorizados como NOMI podrían beneficiarse también de una revascularización urgente. Ejemplo de ello son los SCAsST considerados de muy alto riesgo, como aquellos que cursan con inestabilidad hemodinámica, shock cardiogénico, dolor torácico persistente o refractario a tratamiento médico, arritmias graves, complicaciones mecánicas del infarto o insuficiencia cardíaca (IC) aguda de causa isquémica, todos los cuales requieren una intervención inmediata19,20. Asimismo, cuadros clínicos como el síndrome de Wellens, caracterizado por patrones ECG específicos, podrían también beneficiarse de una estrategia de reperfusión precoz21-23.
En un estudio retrospectivo que incluyó a 160 pacientes con diagnóstico de SCAsST asociado a IC, se observó que aquellos que recibieron revascularización inmediata (mediana de 2 horas desde el ingreso hasta la intervención invasiva) presentaron una reducción significativa del 56% en el desenlace compuesto de infarto de miocardio no fatal, arritmias potencialmente letales y mortalidad cardiovascular, según el análisis multivariado24. En paralelo, se ha demostrado que el síndrome de Wellens puede evolucionar hacia un infarto transmural en hasta el 75% de los casos si no se realiza una intervención a tiempo21, lo cual subraya la relevancia de identificar precozmente estas entidades y actuar en consecuencia.
Una nueva perspectiva
La clasificación que hemos propuesto para el SCA, que distingue entre aquellos pacientes que requieren reperfusión inmediata (SCA que RIR, por sus siglas en inglés: Require Immediate Reperfusion) y aquellos que no la requieren (SCA que no RIR), puede visualizarse en la Figura 1. Esta nueva visión pretende facilitar la toma de decisiones clínicas, especialmente en contextos donde los pacientes son evaluados inicialmente por profesionales no especializados en cardiología, como ocurre en servicios de emergencia extrahospitalarios o en centros que no cuentan con cardiólogos de guardia las 24 horas de los 7 días de la semana, donde las decisiones iniciales suelen guiarse casi exclusivamente por la interpretación del ECG.
Más cercano en el tiempo, la Sociedad Europea de Cardiología ha emitido una guía que por primera vez agrupa a todo el espectro del SCA en un solo documento y justamente propone que una vez realizado el diagnóstico de SCA, el primer paso debería ser pensar si se requiere de reperfusión inmediata o no2.
Por otra parte, si bien las guías clínicas sobre dolor torácico y SCAsST reconocen ciertos escenarios en los que la reperfusión no debe demorarse2,25,26, la clasificación RIR vs. no RIR ofrece un marco más claro y centrado específicamente en la urgencia terapéutica, lo que refuerza la necesidad de una reevaluación de la estrategia diagnóstica y terapéutica del SCA.
Es importante tener en claro qué se entiende por reperfusión inmediata en este contexto. Por un lado, la reperfusión puede lograrse por vía farmacológica (uso de fibrinolíticos) o mediante intervención mecánica (ya sea a través de ICP primaria o cirugía de revascularización). Por otro lado, la inmediatez hace referencia a que esta intervención debe realizarse en el menor tiempo posible desde el primer contacto médico, idealmente entre los 30 y 120 minutos, como se recomienda actualmente para los pacientes con SCAcST. Esta ventana temporal debería considerarse aplicable a todos los casos que entren dentro del grupo de SCA que RIR. La elección de la modalidad de reperfusión dependerá de factores como los recursos disponibles en el lugar de atención inicial y el contexto clínico específico del paciente27,28.
Por ejemplo, si el ECG muestra cambios sugestivos de oclusión coronaria, aunque no cumplan criterios para SCAcST, como en los patrones de de Winter o Aslanger, el personal médico podría plantear tanto fibrinólisis como angioplastia para cumplir con los tiempos recomendados. En cambio, si el paciente se encuentra en un escenario de SCA que RIR sin sospecha de oclusión coronaria (como en el síndrome de Wellens o SCAsST de muy alto riesgo), la reperfusión inmediata podría realizarse a través de ICP. En estos casos, si esta tecnología no está disponible en el centro inicial, se debe proceder al traslado inmediato a un centro con capacidad de llevarla a cabo.
Finalmente, es importante remarcar que esta clasificación es dinámica y puede incorporar nuevos escenarios clínicos en el grupo de SCA que RIR, ya que su fundamento es guiar la estrategia de reperfusión y no limitarse estrictamente a las formas clínicas tradicionalmente reconocidas, sumado al hecho de que es una clasificación que engloba tanto a la de SCAcST/SCAsST así como a la de OMI/NOMI29 (Figura 2).
Conclusiones
En resumen, la clasificación basada en la necesidad de reperfusión inmediata propone enfocar la evaluación inicial del paciente con SCA en determinar si requiere o no una estrategia urgente de revascularización, más allá de los hallazgos electrocardiográficos convencionales. Esta propuesta podría mejorar la toma de decisiones iniciales, optimizar el tratamiento y, potencialmente, reducir la morbimortalidad cardiovascular. Se requieren estudios futuros para validar este enfoque y evaluar su impacto clínico en la práctica real.
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